Qué ver en Burano

Burano: Colores, calma y canales en la laguna de Venecia

Si alguna vez has soñado con pasear entre casas de colores que parecen salidas de una caja de acuarelas, Burano es tu sitio. A tan solo 45 minutos en vaporetto desde Venecia, esta pequeña isla te recibe con una explosión visual difícil de olvidar. Y sí, las fotos que ves en Instagram se quedan cortas.

Estuvimos allí desde temprano, y fue uno de esos lugares que te invitan a caminar sin mapa. No hay grandes monumentos ni colas eternas (para poder llegar un poco la verdad): solo tú, las fachadas pintadas a mano, los reflejos en el agua, y una calma que contrasta con el bullicio de Venecia.

Qué ver en Burano

Más que una lista de sitios, Burano se vive. Pero si tuvieramos que destacar algo:

  • Las casas de colores: Cada familia está obligada a mantener el color de su fachada. Se dice que antiguamente servía para que los pescadores pudieran reconocer su casa incluso con niebla. Hoy, es el sueño de cualquier fotógrafo.

  • La Casa de Bepi: Si hay una fachada que lo resume todo, es esta. Un estallido de formas geométricas y colores vivos que la han convertido en uno de los rincones más fotografiados de la isla. No tiene pérdida, pero si dudas, pregunta: todo el mundo la conoce.

  • La Iglesia de San Martino: Con su campanario inclinado (sí, aquí también hay uno), aporta un toque curioso al paisaje.

  • Las tiendas de encaje: Burano es famosa por su tradición en encajes hechos a mano. Aunque ya no queda tanta producción local, merece la pena entrar en alguna tienda y curiosear.

Consejos para visitar Burano

  • Quédate hasta tarde: Es nuestro consejo más personal. Cuando el sol empieza a bajar, los colores se vuelven más intensos, y las fotos ganan una calidez que no se consigue al mediodía. Además, la mayoría de turistas ya se han ido.

  • Cena con vistas: Nosotros nos quedamos a cenar en Fritto Misto, el primer bar que encontrarás al llegar a Burano. No es nada pretencioso, pero tiene encanto. Desde ahí, mientras cenábamos, vimos cómo los barcos se alejaban y el cielo se teñía de naranja. Fue uno de esos momentos simples que se te quedan grabados.

  • Tómate tu tiempo: Aquí no vale la prisa. Camina despacio, cruza los puentes sin mirar el reloj y siéntate cuando te apetezca. Burano te recompensa cuando te rindes a su ritmo.

Cómo llegar a Burano desde Venecia

La forma más fácil es tomar el vaporetto número 12 desde Fondamenta Nove. El trayecto dura unos 45 minutos y pasa por Murano y Mazzorbo. Ojo con los horarios de vuelta si te quedas hasta tarde (aunque te animamos a hacerlo).

¿Y después de Burano?

En nuestro próximo post te hablaremos de Torcello, una isla vecina que pasa desapercibida para muchos, pero que guarda una belleza silenciosa y auténtica. No te quiero adelantar nada… solo decirte que merece cada paso que des allí.

¿Merece la pena visitar Burano?

Sin dudarlo. No vas a Burano a tachar cosas de una lista, sino a dejarte llevar. Es un lugar que se disfruta mejor sin prisas, con los ojos bien abiertos y, si puede ser, con algo de luz dorada al final del día. Nosotros lo vivimos así, y las fotos que trajimos se quedan cortas comparadas con la sensación real de estar allí.

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